28.11.04

Gente

Es increíble lo que puede cambiar una cena si te sientas en el sitio equivocado. Nunca debes entrar en un restaurante la primera, porque si te han reservado la mesa del rincón, empezarás a correr sitios para los demás y acabarás donde y con quien no te correspondía.
Qué vas a hacer? Pues capear el temporal y echar mano del que sí es tu amigo para buscar un poco de complicidad. Al cabo de un rato y de un par de botellas de vino de Creta, te ves animando a un tío que te cae fatal, pero al que ves hecho polvo por su reciente ruptura matrimonial. Asombrada de ver a dos amigas reirse de una tercera, que no paraba de preguntar: ¿de qué os reís?. La respuesta era tan simple como ella. El novio de ésta, un bocas de los que intenta ser recordado en cualquier sitio que se honre con su presencia. A su lado un chico majo. En la esquina, mis dos puntos de referencia, pasándolo en grande y echándome miradas de compasión y mofa. Más cerca estaba mi amiga la guiri, intentando estar por todos, ya que la ocasión se debía a su visita, y después de una tarde de compras todavía tenía energías para todos. Su boyfriend, el alma de cualquier fiesta, desarrollando sus aptitudes de anfitrión y echándome una mano de vez en cuando.
¿Y yo?.
Con los ojos como tomates, por mi gran idea de ponerme rimmel y olvidarme de que pasado un tiempo prudencial de digamos 8 horas, siempre acabo con el escozor padre. Pensando en el día que había pasado dedicada a los demás desde muy temprano, y en las ganas que tenía de acabarlo.
Los dejamos dando vueltas por Gracia, buscando el garito apropiado para no se qué. Yo ya no estaba para eso.

22.11.04

Gabaglio

Esta mañana tenía que acudir a una asamblea sobre lo bien que nos va a sentar la Constitucion Europea. El aburrimiento estaba asegurado, sobre todo cuando he visto quien iba a disertar. Los gerifaltes autonómicos de los mal llamados sindicatos obreros no tienen el don de la palabra. Pero lo chungo ha venido cuando ninguno quería entrar en materia constitucional "porque todos conocéis el tratado europeo".
Pues no chato. Resulta que no nos hemos leído todo el papeleo que nos daís en la entrada de los congresos, porque sinceramente, ya me da sueño que hables, no quiero saber que pasaría si además me pongo a leer. Total, que yo intentaba dilucidar algo entre tanta palabrería, pero me ha resultado imposible entender nada.
Cuando ya estaba a punto de la cabezada desnucadora, ha comenzado a hablar un tío mayor al que todos le habían hecho la pelota anteriormente y yo no sabía porqué. A los dos minutos lo entendí todo. Un italiano simpático y agradable, que se ha pasado 18 meses redactando el tomo protagonista de la historia. Con muchas reuniones y asambleas a sus espaldas para contar, nos ha dado una idea clara de lo que iba la cosa y sin esfuerzo alguno ha captado la atención de todos. Los ha dejado como a unos estudiantes de primaria en la universidad con una facilidad casi absurda.
Por suerte para ellos, han grabado toda la intervención. No estaría mal que hicieran ellos los deberes y luego nos los pidieran a nosotros. Vamos, digo yo.

17.11.04

Hay días como éste, en el que vuelvo al trabajo después de 5 días de ausencia y francamente, no sé qué hago yo ahí.
Hace tiempo que decidí no amargarme pensando en lo desaprovechado que está mi intelecto allí, porque desgraciadamente para mí no lo necesito para mi trabajo. Desde entonces empecé a relacionarme más con mis compañeros, pero siempre mirando desde lejos sus muy diferentes vidas. Lo cierto es que me hace gracia poner el punto de justicia divina que me ha sido concedido, y a ellos también porque vienen a contarme sus cosas. Pero hoy he notado algo raro en el ambiente. No he descubierto la causa, ni le he puesto empeño porque sé que estas cosas acaban por caerse solas, así que me he dedicado a aprender árabe con un compañero con el que me paso casi todo el día charrando y que es marroquí. Al resto de compañeras (la mayoría somos mujeres), las he intentado ignorar todo lo posible, y la verdad es que no me ha costado mucho hacerlo.
Como decía Escarlata: "... mañana será otro día". Aprovecharé para aprender idiomas y cuando acabe con el árabe empezaré con el chino. Total, estaré preparada para la invasión, sea de quién sea.

16.11.04

Mi casa

Que ganas tenía de entrar hoy en mi casa. He declinado la invitación de mi padre para cenar o más bien para que hiciera yo la cena, para estar un rato sentada en mi sofá.
Estuve el finde en Huesca con mi hermano, en su poblado hobbit, haciendo leña para el invierno y protegiendo la casa del viento y el frío. Todo esto en familia claro.
Pero es que al volver, me lo traje (a mi hermano Alf) para aquí porque el lunes le operaban de una muñeca. Así que pasé el lunes y el día de hoy, practicamente en el hospital haciendo de enfermera particular. Y no es que me moleste, porque ya estoy acostumbrada a ser el roto de la familia, es que 4 días seguidos con ellos pueden conmigo. Soy una descastada, lo reconozco, pero es que la mayoría de ellos me caen mal. Les quiero mucho, pero como personas no son lo que yo buscaría por amigos. Sólo he heredado la mala leche característica de la familia de mi padre, y es por eso que me veo tan diferente a ellos en todo lo demás.
Por eso hoy sólo tenía ganas de entrar en mi casa, tan blanca, tan tranquila, sin voces estridentes ni malos humos constantes. Tan mía.

8.11.04

Me he pasado la tarde viendo la tele. Esto de por sí ya es bastante malo, pero lo peor ha sido darme cuenta de que todo lo que veía casi me hacía llorar. Quiero decir literalmente llorar. Daba igual que fueran los monos de la India luchando por comer, o la peli de dibujos de un caballo repelente pero con mucho sex appeal (amenizado por las babosas canciones de Bryan Adams); por no hablar de la historia de una chica hindú que quiere ser como Dios, digo Beckham.
Todo me hacía moquear. Al principio pensé que me he quedado baja de defensas después del virus ese. Luego he empezado a atar cabos; dolor de cabeza, sensiblería, pensar en cosas fatídicas y unas ganas irracionales de comer algo de chocolate.
Mañana va a ser un día fantástico para todo aquel que me quiera felicitar el cumpleaños.

6.11.04

Vendedores

Ayer no pude escribir por problemas con el servidor, pero tenía ganas de contar lo que me pasó con un vendedor de los de puerta a puerta.
Se oyó llamar a la puerta y escuché unas voces que hablaban de facturas de teléfono y descuentos. Poco después, viene Jua y me dice que salga, que él se tiene que ir a poner gasolina a la moto y no sé que más de un descuento. Salgo a la puerta y lo primero que me dice el simpático muchacho es:
- Perdona, no te habré despertado. Como sales con esos pelos..
En una décima de segundo acabas de firmar tu sentencia, chaval. Así que decidí jugar al ratón y al gato, sólo que no iba a desvelar los papeles hasta el final.
- No, es que acabo de quitarme una pinza del pelo. Dime.
Y durante 5 minutos le dejo que me bombardee con la superoferta de Tele2 para clientes de Telefónica( quién si no), y bla, bla,bla. Luego le empiezo a hacer preguntas tontas, haciéndole creer que soy presa fácil y que no me entero de nada, mientras él no paraba de meterse conmigo, mi nombre ( el muy cretino se puso a cantar "No me llames Dolores..." cuando me preguntó el nombre), mi primer apellido( creía conocer a un primo mío, ja), hacer bromas con el segundo y su parecido con cierta banda terrorista islámica muy de moda, y lo que colmó mi paciencia : me dijo el nombre del banco a través del que pago.¿Y tú cómo sabes eso?
- Si eres tan amable de buscarme tu número de cuenta..
Claro hombre, no faltaba más. Si quieres te doy también mi número secreto de la tarjeta Visa. Entro en casa a buscar algo y desde la puerta se atreve a pedirme un vaso de agua.
- Claro, ahora te lo doy.
Y me lo encuentro en el pasillo. Se bebe el agua de un trago y me vuelve a pedir el número de cuenta. Yo, con los recibos en la mano y diciendo:
- Uy, pero en estos recibos no viene el número entero, vienen asteriscos.
A punto de perder los nervios, él suelta:
-Sólo tienes que buscar un extracto del banco.
- Anda, es verdad, aquí tengo uno.
Y cuando el tío tenía el boli ya en el papel, le miro fijamente y le pregunto con mi tono más seco:
- Y tú para qué quieres mi número de cuenta?
Su cara de crispación no tenía precio e intentando dominarse ante semejante estúpida, dice:
-Ya lo he hablado con tu marido*, es para darte de alta hoy mismo**, creí que ya estaba resuelto***.
*- No pongas por delante a nadie, imbécil. Si estás hablando conmigo es porque YO soy la titular.
**- Te he dicho 3 veces que no sé si me interesa.
***- Nunca has de dar por hecho nada con nadie sin su consentimiento final.
- Lo tengo que hablar con él. Entiende que no le voy a dar mi número de cuenta al primero que me lo pida.
Casi le dio un espasmo de rabia, y ni corto ni perezoso rompió el papelito con pinta de contrato que estaba rellenando y me lo dio para que lo tirara. Con mi sonrisa más lobuna le despedí y le dije que volviera al cabo de unos días, pero creo que no me escuchó.
Qué mal educado.

4.11.04

Enferma

Pues si, estoy enferma. Mi cuerpo ha decidido (sin mi consentimiento,claro) reiniciarse solito. Se ha vaciado de todo lo que sobraba y lo que no también, creo que para que acabe pensando, como siempre que caigo enferma , que no somos nada ni nadie. Para que me dé cuenta, de que un virus invisible es capaz de matarme en dos días de deshidratación y fiebres, o para que comparta las teorías de la evolución y piense que de no ser por el que inventó la medicina, el ser humano no hubiera llegado a tanto ni tan lejos.
Y todo este pensamiento febril, justo el día que el amigo Bush vuelve a encarnar el espíritu americano ante el mundo.
Debería hacer un viajecito y contagiar a unos cuantos millones de americanitos "profundos", a ver si se les limpiaba un poco el cerebro de tanto colesterol republicano (léase "facha").

1.11.04

Noviembre

Por fín ha llegado. Tanto tiempo esperando con los tirantes y el calor, y casi de pronto todo ha cambiado. Como corresponde a esta fecha de lúgubres celebraciones, ha aparecido un frente tormentoso que ni en las mejores pelis de miedo, para ambientar la fiesta de llevar flores a quién nunca te lo va a agradecer.
El termómetro no quiere subir de los 15º, y todo el cielo visible es de una variedad de grises de lo más apagado. ¿Cómo puede ser que me guste tanto este tiempo?. Ya sé que mañana en el trabajo será tema de conversación que se haya tenido que esperar a un día de fiesta para llegar, pero es que, no es que "nunca llueva a gusto de todos", es que parece que sólo llueve para que me guste a mí. Para que pueda sacar ese paraguas que me compré en mi viaje a Asturias. O recordar las Highlands escocesas y su grandioso y desolado paisaje de turba y brezo. O volver a mirar las fotos de Irlanda. Rememorar esa gloriosa entrada en el pub donde escribía Joyce, completamente accidentada y de lo más anecdótica, amén del paseo por la gran biblioteca del Trinity College.O de lo que pensé cuando ví la catedral de Liverpool, la más horrenda de cuantas he visto. Deslumbrarte con la luz de la mañana en Cantabria, pasada por un filtro verde y amarillo. Ver Galicia durante una semana de lluvia constante, con olor a musgo y eucalipto. No una, sino tres veces. Las mismas que he visitado el País Vasco, para darme cuenta de que según se llega a los Pirineos, la tierra cada vez se arruga más y las gentes de este clima Atlántico son mucho más cálidas que mis ladinos paisanos del Mediterráneo.
Voy a cambiar la ropa de verano por la de invierno, pero ya.