20.2.05

Negación

Debería haber una ley que obligara a los padres a echar a sus hijos de casa a una muy temprana edad. Que no les diera tiempo a encariñarse con ellos, que no les permitiera decirle a todo que sí como si fuera una obligación preestablecida. Incluso deberían prohibirles el hecho de transmitir sus conocimientos y experiencias, ya sean buenas o malas, o sus frustaciones por no haberlo hecho mejor a la hora de educarlos. Incluso propondría un examen de aptitud obligatorio, para comprobar si los vástagos han tomado ejemplo de los errores de sus mayores, o se deciden por caer en ellos aún conociendo de primera mano el historial familiar.
Pero sobre todo, deberíamos tener un chip que nos pegara calambrazos, cada vez que queremos decir algo a nuestros padres y creemos que la mejor solución es no hacerlo, o peor, contarles una mentira disfrazada.
Intento ponerme en su piel en la misma situación, y nunca me digo que no a nada en lo que pueda ayudar.
Este me lo guardo por si algún día me doy un golpe en la cabeza y decido tener un hijo.

3.2.05

Estoy en una reunión informativa sobre la formación contínua en las empresas. No me entero de nada, porque no estoy escuchando. Ni siquiera me interesa lo que dice esa señora con peinado relamido y de imagen cutre y anticuada.
Manolo ha muerto.
No aparto de mi mente ese pensamiento. No puedo olvidar a su mujer; pequeña, sola, triste, compañera de trabajo y viuda desde ayer. A él no le conocía demasiado. Básicamente había tenido discusiones con él, tratando asuntos de trabajo como representantes de ambos bandos de la empresa. Pero nunca me causó esa mala impresión que tenía mucha gente de él. Siempre le tuve lástima, porque le veía partiéndose los cuernos por una familia que no era la suya, y que al fin y al cabo, acabó relegándolo a meras tareas administrativas cuando aparecieron los herederos con carrera.
Ruido de papeles; todo el mundo está buscando un impreso dentro de la carpeta que nos han dado antes. No sé ni para qué sirve y lo cierto es que me da igual.
No me concentro. Creo que lo mejor es que me vaya a la hora de la pausa.


1.2.05

Aclaración

Quiero aclarar una cosa acerca del post anterior.
YO soy la única culpable y/o responsable de mi desidia. Bueno, yo y esa irremediable tendencia del ser humano a la pereza y la comodidad.
Que quede claro.

Por cierto, me he enterado de que hay por ahí un ejemplar de hembra, mal denominada mujer, que se ha cansado de su marido. Hay muchas, ya lo sé. Pero no todas están casadas con Él.
Me pregunto cómo debe ser cansarse de un semidios.
Una vez me dijo una amiga: "Dios le da pan a quién no tiene dientes".
Ya te digo...