Un día de esos que no estás para nada, que todo está mal y que no quieres que nadie te hable, porque estás en un trance de esos que no entiendes ni tú y mucho menos los demás.
Será el viento, o el sueño de anoche, o el cáncer de mi prima, o quizás los microinfartos de mi padre. Puede que incluso me pusiera de mala ostia haber visto otra vez "Volver" y recordar a mis fantasmas personales, o la ley del aburrimiento universal, o yo que sé.
Ojalá que mañana llueva.
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