No lo había pensado, ni siquiera me había dado cuenta de que al dejar este trabajo también voy a dejar una parte de mí misma allí.
No lo digo metafóricamente, ni en plan sentimental, no, es que literalmente la parte gamberra, picarona y a veces provocadora con la que me vestía allí se va a quedar como recuerdo para las y los que me conocen así.
Y ahora que hago con lo que me queda de eso? No es tan fácil en el mundo exterior en que me muevo dar salida a ese otro Yo, ni tampoco el hecho de tener que esconderlo o disfrazarlo para que no se me escandalice nadie.
Lo ahogo? Lo duermo o lo dejo en el baúl de los recuerdos con los otros Yo que me he ido fabricando a lo largo de los años?
Ahora que pienso, ni siquiera tengo fotos que prueben lo que digo, para poderlas poner en un álbum de esos que ya no miramos nunca, no sea que nos asalte el pasado y nos pase a cuchillo antes de volver al presente.