26.9.07

olla

En casa siempre estábamos discutiendo por algo, desde la altura de la persiana hasta las grandes discusiones familiares, todo valía o era excusa para discutir y sacar la mala baba genética.
Desde que mi familia ha ido emigrando, me he quedado sin gente con la que seguir la tradición. No es que no haya tenido oportunidad desde aquí de mandar a freír espárragos a más de uno de los de allí, pero he evitado a toda costa involucrarme en la última gran tragedia que se ha desatado y que parece que vaya para largo.
Ah! Pero todo tiene un precio y yo ya estoy pagando el no soltar toda la rabia, indignación y mala leche que he ido acumulando a lo largo de este año y que no tengo medio de sacar por ningún lado. Antes por lo menos me desfogaba en el trabajo cogiendo alguna rabieta o charlando con las compañeras siempre ávidas de noticias tomatinas. Ahora, desde que intento ser una persona racional me veo privada por mí misma de liberar mis sentimientos y esto me hace estar en un estado de presión semejante al de una olla.
Anoche no podía dormirme de lo angustiada que me sentía, quería levantarme y ponerme a escribir todo esto en una libreta, pero yo misma me veía patética y actuando como una adolescente, así que una vez más me corté de hacer lo que quería y ya van ....

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