Stormy Monday

No es que lloviera mucho en realidad por aquí, pero a mi alrededor todo son tormentas con rayos, truenos y alguna que otra inundación.
Menos mal que iba a ser un buen año, o por lo menos ese sigue siendo mi pensamiento, porque lo que es para los demás está resultando un desastre que tarde o temprano acabará por alcanzarme a mí también.
En el trabajo se mueren los abuelos a pares en el mismo finde, mis padres están de batalla campal casi cada día(hay que subir la medicación), las jefas me miran con mala cara y no puedo abrir la boca porque cada vez que digo algo la cago, una compañera se queda atascada por la nieve, los amigos se me enfadan, a mi hermano se le ha escacharrado definitivamente la mujer y a mi cuñado, bueno, eso ya es de tragedia griega.
Virgencita, que me quede como estoy!!

Caos

A veces me canso de ser yo.

La del chandal

Creo que podrían conocerme por ese apodo en el megagimnasio porque soy a la única que se le ocurre ir en chandal a un centro de deporte, todos los demás van con sus galas de sábado noche. Aunque todo el mundo anda un poco perdido todavía porque está a medio acabar y cada vez que abres una puerta, no sabes adonde te llevará ni lo que vas a encontrar dentro.
Yo me hice unos largos mientras me buscaba en el reflejo de las claraboyas del techo y cuando empezaron las rampas y las contracturas lo dejé. Duré media hora pero cuando pueda volver a utilizar los brazos, estaré por lo menos 35 minutos.

azufre

Mi padre quemaba tiras de azufre para purificar el interior de un barril en el que guardaba vino, y lo cierto es que mientras se consumía el olor era asfixiante, pero después la madera estaba como nueva de impurezas.
Lo único bueno de tener una personalidad obsesiva como la mía es que sea cual sea la gravedad del agravio sufrido, tardo sólo un par de días en quemarlo y luego lo dejo archivado en el contenedor de agua helada, para cuando se requiera su recuerdo.

Equipo

Ya estoy equipada con todo lo necesario para asaltar el gimnasio nuevo que me han hecho al ladito de casa. Bañador, gorro, un chandal a medias y ropa cómoda que se supone que tengo que sudar. Todo con el pretexto de la oxidación que está degradando mi cuerpo y de las diversas contracturas que me tienen como una tabla de planchar. Digo yo que al final iré, después de dos meses apuntada y dos semanas de funcionamiento estarán preparados para mi llegada por la alfombra roja.

Pedacitos

Quería hacer algo con mis fotos, así que me he puesto a revisarlas todas. Cómo he cambiado tanto y a la vez tan poco? Me han asaltado viejos sentimientos ligados a esas fotos y a sus momentos, y a pesar de ver lo que he viajado y la gente que he conocido, me pesa el no poder recordar todos sus nombres, a la vez que me reprocho a mí misma el tiempo gastado con según quién y las tonterías pasadas. Todos esos pedacitos de vida me han dejado una cierta tristeza, pero qué carajo, ahí está lo vivido, tanto si ha sido bueno como si ha sido malo; acampadas, borracheras, yo fumando, fines de semana en la costa y en la montaña, vacaciones con todo tipo de gente y un sinfín de poses forzadas, que ahora que me fijo siempre son la misma. Si, mi barbilla puntiaguda sigue siendo igual cuando sonrío para la foto.

Pérdida

Es raro tener esa sensación cada vez que ves que a ella se le ha olvidado algo más. No puedo explicar lo que siento, cuando la persona que me ha enseñado a hacerlo casi todo en esta vida ya no sabe cómo hacerlo ella. Los seres humanos no sabemos hacer nada cuando nacemos, excepto lo físicamente básico que quieras o no acabas haciendo. Todo son conocimentos adquiridos y aprendidos, desde cómo cojer una cuchara a la forma de desabrocharte un botón, todo lo hemos copiado de alguien. Cuando ese alguien comienza a perder facultades, no te lo explicas, luego lo entiendes y lo asumes, hasta que finalmente te conviertes en institutriz suya las 24 horas del día.
No entiendo el sentimiento de pérdida que tengo. No sé que es lo que he perdido, o quizás es lo que estoy perdiendo.

Mi castillo

Era pequeña todavía, cuando los sábados por la tarde esperaba la peli de la tele. Casi siempre eran de aventuras, o como mínimo pelis con algo de historia, de aquellas en las que nunca se perdía el maquillaje de la prota. Cuando pasaban adaptaciones de alguna novela que yo había leído y memorizado gracias a los tebeos de mi hermano mayor, me hacía la sabidilla y me metía con los que luego conocería como guionistas, pero que en aquel entonces sólo eran los que cambiaban la historia del libro.
Viendo una de éstas me enamoré de un paraje. Era "El señor de Balantry" y vivía en mi castillo. Yo quería saber dónde estaba, ir allí y ver si era de verdad. Los años y unas cuantas pelis más me pusieron en su pista y decidí que si algún día podía hacer un viaje, sería a Escocia.
Me costó un año entero trabajando todos los días en mi trabajo y en el bar, pero mereció la pena poder cumplir el único sueño que había tenido hasta entonces.
Es muy posible que este año repita, mientras tanto he desempolvado las fotos y aquel vídeo en el que salgo borracha después de la fiesta en Edimburgo.

He tenido una revelación.
Podría dedicarme a ser agente de viajes.. o algo así.

Augurios

Todo el mundo piensa en propósitos para empezar el año con algo que hacer y poco después abandonan la idea por cualquier excusa. Yo en lugar de propósitos tengo augurios.
El año pasado lo empecé con uno de los peores, pero esta vez es todo lo contrario. Me provoca un buen rollo el año que ha empezado hoy, que empiezo a asustarme. Es algo que no puedo explicar, pero que me ha pasado siempre y casi nunca me he equivocado.