6.9.05

Improbabilidad

Hay gente que cree en el destino, pero yo no.
Porque si creyera en él, tendría que hacer un auténtico auto de fe para creer que:
A: He coincidido con otras 8 personas de vacaciones.
B: Hemos decidido ir al mismo sitio, poco transitado en comparación con las playas.
C: Nos metemos a la misma hora en el mismo teleférico.
D: Justo en el mismo m2 en el que estamos pasando, o sea en movimiento, está ocupado unos metros más arriba por un helicòptero, que para más datos va cargado de piezas de cemento para no sé qué construcción de los alrededores.
E: Que en ese preciso momento de compartir una línea recta de entre los billones que llenan el planeta, al puto helicóptero se le desprenda (por accidente, además) una de esas piezas pesadas de cemento.
F: Obedeciendo a la ley de la gravedad, la pieza cae justo encima del teleférico y éste detrás de la pieza.
G: Que todo este cúmulo de improbabilidades te estrelle en medio de un glaciar que simplemente estaba allí desde hace millones de años.

Y a esto los antiguos lo llamaban destino. A mí es que se me ocurren otras muchas formas de llamarlo.

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