28.5.07

Paripé

Todavía no sabe nadie cuando me voy del trabajo, pero ya se ha apuntado todo cristo al paripé de mi despedida. O tienen muchas ganas de que me vaya o no saben qué montar para salir a cenar una noche por ahí.
Lástima que saben donde vivo, si no hacía una de Houdini.

14.5.07

Cine, cena, copas

Hacer las cosas en el orden equivocado te puede llevar a pasar una noche de sábado de los más patética. Creía que íbamos a ver la peli de la Piaff como mucho cuatro, pero al final resulta que era una salida de "amigas" en la que yo era la intrusa y éramos seis. Mala hora quedar a las nueve para ver la peli a las diez porque ni cenas ni nada. Después de dos horas y media de dramón soporífero no tienes dónde echarte algo al estómago y al final acabas comiendo un sandwich "deprisa que cerramos". Como no iba a ser de otra manera, nos tenemos que cruzar media Barcelona para ir al bar de cócteles donde una vez se lo pasaron bien y donde vuelven cada dos por tres a ver si se repite la magia. A estas alturas de la noche yo ya pensaba en hacer un mutis, que total para lo que estoy haciendo aquí, y en estas que se anima la cosa porque todas se quieren abroncar con parte del equipo BMW Sauber que se nos ha echado encima, haciendo gala de la poca educación etílica germana. Nos vamos para no liarla y comenzamos la búsqueda a las tres de la mañana del local perfecto que esté abierto para nosotras y donde no haya mucho gentío de fin de semana. Error. Esto ya no lo salva nadie, vámonos a casa.
Creo que es la primera vez que me aburro tanto que no me da ni sueño. Seis tías en el metro y cada una mirando para un sitio diferente. Vaya con las "amigas".

9.5.07

Nirvana

Y yo que creía que tendría miedo o que lo pasaría mal a la hora de pedir la cuenta.
Pues todo lo contrario, estoy en un estado de nirvana que no me esperaba.
Sorpresa, incomprensión, reparto de herencia y alguna lágrima de cocodrilo que han dejado caer, eso es lo que ha provocado el notición de mi futura marcha.

No me quito la sonrisa de la boca.

8.5.07

La palanca

Aristòteles me ha poseído. Ayer me dieron un punto de apoyo y me ví moviendo el mundo
con mi pequeña palanca. Un par de frases y me invadió una serenidad que he experimentado muy pocas veces en mi vida.
Sé que las compañeras no me han creído, pero me da igual porque tampoco pensaba explicarles mis razones. La cosa es que estoy muy tranquila después de haber tomado esa decisión que hace tanto que me rondaba las migrañas. En cuanto quieran arreglar papeles, me fugo.

7.5.07

Me tengo que ir de ahí. Sin excusas que valgan, sin mentiras a medias, a lo loco y sin mirar. La situación ya es esperpéntica, absurda, en palabras de los que me aprecian "no sé qué coño hago yo ahí". Esta mañana he vuelto a tener esa sensación de hartazgo que llevaba tiempo enterrando con tonterías, pero lo he visto claro. Me tengo que ir.