Y yo que creía que tendría miedo o que lo pasaría mal a la hora de pedir la cuenta.
Pues todo lo contrario, estoy en un estado de nirvana que no me esperaba.
Sorpresa, incomprensión, reparto de herencia y alguna lágrima de cocodrilo que han dejado caer, eso es lo que ha provocado el notición de mi futura marcha.
No me quito la sonrisa de la boca.
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