23.3.07

Veinte minutos caminando de camino al trabajo dan para darle vueltas a muchas cosas. He llegado a asociar el caminar con el meditar y no es extraño que ande perdidamente sola en mis pensamientos aunque vaya con alguien.
Hoy tenía ganas de charlar y por lo visto era la única. Lo he intentado durante un rato con una u otra, pero al final he desistido porque he visto que el personal está un poco crispado, a causa de la desidia de la jefa que tampoco está muy fina últimamente. Yo intentaba echar agua en las brasas pero por lo visto con el efecto del fuego griego, porque aquello no hacía más que inflamarse de nuevo. Al final, lo de siempre, que si estamos muy quemadas y demás. Yo sólo hacía que pensar que por fín era viernes, algo que parecía pasar inadvertido para el resto, así que he campeado el temporal como mejor he podido y les he recetado alguna que otra alegría para el finde.
No han tenido desperdicio las respuestas que me han dado. A ver cuando se enteren de que soy oficialmente la segunda de a bordo...

No hay comentarios: