14.2.06

Tribulaciones

Voy unos pasos por detrás de él y le veo bajar el ritmo cuando se acerca a la floristería. Se abre en la acera para ver si hay alguien dentro y le cuesta decidirse a subir el escalón. "Pobre, debe ser su primer ramo de flores" pienso yo y me hago una apuesta sobre si entra o no. Coge el tirador de la puerta pero está cerrada, -"mierda, ya me han visto y ahora tendré su atención inmediata antes de pensar bien lo que quiero", parece que piensa. Yo decido ponerle más nervioso y subo el escalón para mirar el escaparate, puñetera que es una. Abren la puerta con una sonrisa desproporcionada y le piden que espere, "vaya todavía va a tener un respiro el chaval", él se mete las manos en los bolsillos y deambula con otros dos tíos por el jardín que hay montado allí. Me digo a mí misma que ya he perdido y que debería apostarme algo de verdad la próxima vez.

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