27.12.04

Al final me tocó pringar y acabé haciendo la comida de Navidad en mi casa. Bueno, no toda la hice yo, porque como era más bien improvisada, acabaron trayendo comida los invitados al festín, y así estoy yo con la nevera llena de sobras. No dejo de pensar que las cosas siempre salen bien cuando piensas que te van a salir fatal. Y tras un día como este, me reafirmo. Jubilados con niños, chillones con sordos, pacifistas intentando proceder, una auténtica comida navideña, vaya.
Lo más surrealista fue cuando mi padre, al que yo había avisado de que se fijara en la peli de 007 que emitían en el Plus, se emocionó al reconocer el castillo de Cádiz en el que hizo la mili, y sobre todo nos quedamos boquiabiertos cuando al ver a la Berry casi en cueros, no se le ocurre otra cosa que decir: " Míralo, el quinsevinticuatro, mi cañón". Uno de esos momentos que se te quedan grabados, por lo absurdo, o lo cómico. o lo surreal de encontrar un punto de conexión entre un yayo andaluz y una peli de Bond.
Al final, se quedaron a cenar también.

No hay comentarios: