19.1.05

Shakespiriana

Esa es mi familia.
Que pasión por el drama de la vida misma tienen casi todos. Todo es exagerado, tremendo, lo peor y lo mejor en exceso. No hay término medio.
Siempre que he leído algo del maestro, he relacionado el hecho o el personaje con alguno de ellos. Tengo una madre que cada día que pasa se parece más a la pobre Ofelia. Un padre que va de rey Lear, decidiendo quién es digno de su afecto y quién no. Una hermana que está tan guillada como la fierecilla de Catalina, casada con Oberón en su reino de hadas. Un hermano que nunca podrá superar el complejo de Hamlet que tiene, casado a su vez, curiosamente, con el personaje de su madre Gertrude. Y qué puedo decir de mi compañero de útero, sino que para ser un buen Romeo no se debería haber enamorado de Lady Mcbeth. En cuanto a sus vástagos, es pronto pero ya se empiezan a adivinar aptitudes. Hay bufones de corte con mala uva, nobles que se lo tragan todo, y princesitas que viven en su mundo, libres de todo mal.
Yo soy la pequeña, aunque siempre he parecido la más vieja de todos. Mi personaje es Cordelia. Y ya tengo mi reino.

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