3.3.05

A veces

A veces salgo de casa de mis padres contenta y como si no pasara nada malo.
Otras en cambio, me voy con la sensación de que no hago lo suficiente para ayudar.
A veces me tacho a mí misma de egoísta, otras me convenzo de que sólo soy humana y los tres deseos de la lámpara ya los ha gastado otra.
Mis sensaciones siempre dependen de ellos y de si lo llevan bien ese día, si mi madre no ha hecho alguna trastada sin saberlo, o si él no ha perdido esos nervios que nunca templó.
A veces creo que todo podría seguir así por mucho tiempo, aunque sea cierto que no tenga cura lo de ella y poco a poco vaya a peor. Siempre me digo que ya habrá tiempo de preocuparse cuando lleguen esos tiempos, que para qué voy a empezar ahora. Sólo cuando encuentro a mi padre derrotado por no saber qué más hacer, me entra el pánico y me remuerden en la conciencia todas las cosas habidas y por haber.
A veces hago memoria de todo lo que me ha contado ella a lo largo de mi vida, para que no se pierdan del todo sus recuerdos, para seguir teniendo un punto en el que hacerle volver la vista.

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