29.5.05

Peter Pan

Ayer surgió una conversación que giraba entorno a ese ultimamente muy conocido síndrome de Peter Pan. Durante un momento eché la memoria para atrás y recordé a aquellos que antes eran mis amigos y que ahora sólo son un recuerdo que abarca unos cuantos años de vida ligera.
Caí en la cuenta de que todas aquellas parejas han roto o divorciado, excepto los que éramos solteros y adquirimos pareja fuera del grupo. Me he ido enterando de sus rupturas gracias al chismoseo de la única superviviente que me queda, quizá la única con la que resultaba que tenía algo en común, y era precisamente las ganas de no pertenecer en demasía a aquel clan. Ha quedado claro que lo que mantenía unido al grupo era el local en el que nos concentrábamos, el mismo al que casi todos vuelven en alguna fiesta obligatoria y al que yo no voy desde hace por lo menos 4 años. Lo más sorprendente de todo es que no los eche de menos lo más mínimo, después de haber pasado 5 años con ellos compartiendo fiestas, ligues, matrimonios y alguna bronca que otra.
Hoy pienso que todos se quedaron estancados en aquella vida y casi ninguno estaba preparado o crecido para cambiarla. No es que me haya doctorado en cuatro carreras desde que iba con ellos, pero por lo menos decido si quiero salir y con quién.

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