17.11.04

Hay días como éste, en el que vuelvo al trabajo después de 5 días de ausencia y francamente, no sé qué hago yo ahí.
Hace tiempo que decidí no amargarme pensando en lo desaprovechado que está mi intelecto allí, porque desgraciadamente para mí no lo necesito para mi trabajo. Desde entonces empecé a relacionarme más con mis compañeros, pero siempre mirando desde lejos sus muy diferentes vidas. Lo cierto es que me hace gracia poner el punto de justicia divina que me ha sido concedido, y a ellos también porque vienen a contarme sus cosas. Pero hoy he notado algo raro en el ambiente. No he descubierto la causa, ni le he puesto empeño porque sé que estas cosas acaban por caerse solas, así que me he dedicado a aprender árabe con un compañero con el que me paso casi todo el día charrando y que es marroquí. Al resto de compañeras (la mayoría somos mujeres), las he intentado ignorar todo lo posible, y la verdad es que no me ha costado mucho hacerlo.
Como decía Escarlata: "... mañana será otro día". Aprovecharé para aprender idiomas y cuando acabe con el árabe empezaré con el chino. Total, estaré preparada para la invasión, sea de quién sea.

No hay comentarios: