6.11.04

Vendedores

Ayer no pude escribir por problemas con el servidor, pero tenía ganas de contar lo que me pasó con un vendedor de los de puerta a puerta.
Se oyó llamar a la puerta y escuché unas voces que hablaban de facturas de teléfono y descuentos. Poco después, viene Jua y me dice que salga, que él se tiene que ir a poner gasolina a la moto y no sé que más de un descuento. Salgo a la puerta y lo primero que me dice el simpático muchacho es:
- Perdona, no te habré despertado. Como sales con esos pelos..
En una décima de segundo acabas de firmar tu sentencia, chaval. Así que decidí jugar al ratón y al gato, sólo que no iba a desvelar los papeles hasta el final.
- No, es que acabo de quitarme una pinza del pelo. Dime.
Y durante 5 minutos le dejo que me bombardee con la superoferta de Tele2 para clientes de Telefónica( quién si no), y bla, bla,bla. Luego le empiezo a hacer preguntas tontas, haciéndole creer que soy presa fácil y que no me entero de nada, mientras él no paraba de meterse conmigo, mi nombre ( el muy cretino se puso a cantar "No me llames Dolores..." cuando me preguntó el nombre), mi primer apellido( creía conocer a un primo mío, ja), hacer bromas con el segundo y su parecido con cierta banda terrorista islámica muy de moda, y lo que colmó mi paciencia : me dijo el nombre del banco a través del que pago.¿Y tú cómo sabes eso?
- Si eres tan amable de buscarme tu número de cuenta..
Claro hombre, no faltaba más. Si quieres te doy también mi número secreto de la tarjeta Visa. Entro en casa a buscar algo y desde la puerta se atreve a pedirme un vaso de agua.
- Claro, ahora te lo doy.
Y me lo encuentro en el pasillo. Se bebe el agua de un trago y me vuelve a pedir el número de cuenta. Yo, con los recibos en la mano y diciendo:
- Uy, pero en estos recibos no viene el número entero, vienen asteriscos.
A punto de perder los nervios, él suelta:
-Sólo tienes que buscar un extracto del banco.
- Anda, es verdad, aquí tengo uno.
Y cuando el tío tenía el boli ya en el papel, le miro fijamente y le pregunto con mi tono más seco:
- Y tú para qué quieres mi número de cuenta?
Su cara de crispación no tenía precio e intentando dominarse ante semejante estúpida, dice:
-Ya lo he hablado con tu marido*, es para darte de alta hoy mismo**, creí que ya estaba resuelto***.
*- No pongas por delante a nadie, imbécil. Si estás hablando conmigo es porque YO soy la titular.
**- Te he dicho 3 veces que no sé si me interesa.
***- Nunca has de dar por hecho nada con nadie sin su consentimiento final.
- Lo tengo que hablar con él. Entiende que no le voy a dar mi número de cuenta al primero que me lo pida.
Casi le dio un espasmo de rabia, y ni corto ni perezoso rompió el papelito con pinta de contrato que estaba rellenando y me lo dio para que lo tirara. Con mi sonrisa más lobuna le despedí y le dije que volviera al cabo de unos días, pero creo que no me escuchó.
Qué mal educado.

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